Al cumplir un año,
era chiquitín,
solo me gustaba
comer y dormir.
Cuando cumplí dos,
¡guardería al fin!,
conocí amigos,
empecé a salir.
Fue dura la vida
al cumplir los tres,
nada yo sabía
y me confundía.
A mis cuatro años
no podía parar:
cumpleaños, fiestas,
¡que vida social!
Aprendí a leer,
aprendí a escuchar,
con los cinco años
llegó el madurar.
Ahora seis años,
ya soy mayor.
¡Son más de una mano!
¡Son todo un montón!
Si compro un helado,
ya puedo contar
todas las monedas
que me va a costar.
La vida se ve
de otro color.
Con mi GRADUACIÓN
me siento mayor.