Para iniciarnos en el trazo iglú, hace tiempo que lo interiorizamos, recorriendo con nuestro cuerpo, dos caminos con forma de "iglú".
Al mismo tiempo que recitamos el siguiente poema:
Del estanque a la charca
un sapo encantado
salta que salta.
De la charca a la torre
un sapo encantado
corre que corre.
Una vez interiorizado, lo plasmamos en el papel y como nuestro trabajo ya entraña dificultad, la profe, nos premia con un "pin" motivador.