El viento de otoño,
que es muy juguetón,
le despeina el moño
a doña Asunción.
El viento que vuela,
como lagartija,
se mete y se cuela
por cualquier
rendija.
Roba los sombreros,
les da volteretas:
son volatineros
de las plazoletas.
A don Barrendero
le esparce las hojas.
Cubre el pueblo entero
de sábanas rojas.
Y al salir la Luna
le canta al oído
canciones de cuna
a un niño dormido.
Este poema lo aprendimos nada más volver de la festividad del Día de la Hispanidad, como podéis comprobar cada vez los poemas son más largos, la técnica para aprender es la misma, primero lo recitamos entero, como es muy largo y está compuesto por 5 estrofas de 4 versos cada uno. Recitamos primero la primera estrofa y lo hacemos con entonación y ritmo adecuado, lo completamos acompañados de gestos.
También imaginamos otras travesuras que puede hacer el viento como por ejemplo: llevarse la ropa tendida, levantar faldas, etc...
Para hacer el poema más bello lo recitamos mientras suena la música de fondo del Otoño de Vivaldi, justamente 10 minutos que es aproximadamente lo que dura la audición, haz clic aquí para escuchar la audición de Vivaldi.