Hasta ahora hemos estado repasando contenidos del curso pasado y calentando los motores antes de dar el pistoletazo de salida al nuevo curso que acaba de arrancar.
Aunque el espacio físico de la asamblea ha desaparecido, lo que no ha desaparecido es la ilusicón y las ganas de trabajar, eso no nos lo va a quitar nadie. Y mientras María José tenga cuerda y ENERGÍA para rato, no va a parar de transmitir y contagiar esa ilusión, entusiasmo, ganas de hacer, de crear, de darlo todo.
Hay que seguir afrontando lo que tenga que venir, los retos, el desafio, adaptarse a las circunstancias y a los tiempos.
Sacar los pocos espacios disponibles del aula, que hay un pasillo, o dos...pues vamos a aprovechar ese pasillo en una zona de asamblea improvisada, es el momento de estrujar y exprimir al máximo la imaginación, la creatividad, para llevar a cabo la educación y poder "calar" no solo en la cabecita de los peques, sino también en sus coranzoncitos.
No basta con improvisar, y transformar un pequeño pasillo en una asamblea, en un rincón de juego, en lo que surja, hay que dar paso a la ACCIÓN para poder plasmar todas esas ideas y llevarlo a cabo.
Los profes no sé si estamos hechos de harina de otro costal, pero tenemos en nuestras manos la oportunidad de cambiar vidas, que sean más FELICES, no es necesario ser los mejores.
Bastante triste es la realidad que nos rodea con la circunstancia actual de la pandemia.
