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miércoles, 18 de noviembre de 2020

EL SALÓN DE MI CASA



Esta ficha se realizó el pasado 6 de Octubre, pero por circunstancias personales no ha podido ver la luz hasta ahora.
Presentamos a los niños el salón de la casa de nuestros amigos los castores y dialogamos acerca de esta estancia de la casa.
  • ¿Qué hacéis en el salón?
  • ¿Lo podrías hacer en otra estancia de la casa?
  • ¿Cómo es vuestro salón?
  • ¿En qué se parece y en que se diferencia tu salón al de la lámina?
  • ¿Cuántos cojines ves en la imagen?
  • ¿Para que usarías un cojín grande, mediano o pequeño?
  • Buscar en el otros objetos del tamaño que se les indique: Grande, mediano o pequeño.
Para entender mejor las propiedades de los objetos y más concretamente el tamaño, no se me ocurrió nada mejor que narrarles el cuento de "Ricitos de oro y los tres osos" dado que por una parte se ven las distintas estancias de la casa, entre ellas el salón que es donde se desarrolla la parte principal del cuento y por otra es un cuento que se presta para trabajar los diferentes tamaños que repite a lo largo de la historia.
Pero y si en lugar de narrar el cuento, lo interpretamos o dramatizamos. 
Pues dicho y hecho..... enseguida busco unas imagenes en internet, me las descargo en el portatil y las proyecto en la pizarra digital interactiva del aula como telón de fondo, de las diferentes escenas.
Todo esto no estaba preparado, pero me siento responsable en estos duros momentos de la felicidad de los niños/as. De hacer las clases más amenas, aunque siempre ha sido mi metodología de trabajo y mi manera de entender la educación, ahora es más imprescindible que nunca.

Ahora más que nunca 
los niños necesitan
SER FELICES
No ser los mejores

Primeramente narro el cuento, de forma verbal, pues es el clásico cuento que desde la más tierna infancia siempre me contaba mi madre, mientras lo voy contando me voy paseando por los pasillos del aula, mezclándome entre mis alumnos, para que todos puedan tenerme cerca y ver en mi rostro las diferentes expresiones y estados de ánimo de los protagonistas de la historia. 
Al mismo tiempo que voy contando la historia, cada vez me meto más en el "pellejo" de los personajes y me voy recreando en la historia, disfrutando con cada una de las escenas, poniendo vozarrones (papá oso), vocecitas  (osito chiquitín), etc... este cuento se presta mucho para todo eso y es justo lo que a mi me gusta, interpretar....hasta me siento en la silla y me caigo al suelo, tirándome con cuidado, metiéndome de lleno en el personaje de Ricitos de Oro.
Como los niños ven en los maestros un espejo en el que reflejarse, enfatizo bien todos los gestos que quiero que ellos reproduzcan, dentro de lo que cabe y la mascarilla me lo permite.
Teniendo en cuenta que es muy dificil trabajar los diferentes estados, emociones, etc...solo con la mirada, cuando lo único visible son los ojos. Por lo tanto hay que concentrar toda la atención en la vista y en la voz, aunque esta salga distorsionada a través de la mascarilla.
Una vez finalizada la narración por mi parte solicito voluntarios para interpretar el cuento, hay que tener en cuenta que es la primera vez, y me ha costado trabajo que participen y colaboren.
El miedo escénico está presente en los alumnos.

En primer lugar, proyectamos la casita de los tres osos, y buscamos en el aula tres sillas diferenciadas entre sí por los diferentes tamaños: GRANDE - MEDIANO - PEQUEÑO.

Una vez que Ricitos de Oro se ha comido la comida de los osos, llegamos a la parte en la que Ricitos  queda dormida, en el cuento se duerme en la camita del Osito Chiquinín, pero como dice el refrán "A falta de pan, buenas son tortas", como no tenemos camas, las sillas también nos pueden servir.

Entra en escena Papa Oso, enfadado dice: "¿Alguien se ha dormido en mi cama?"

Ahora es el turno de Mamá Osa

Y por último el turno del Osito Chiquitín

Mientras tanto Ricitos de Oro, sigue dormida, ajena a lo que está sucediendo

El Osito Pequeño la observa. Y dice: "¡Alguien se ha dormido en mi cama y aún continúa durmiendo!"

Y exclama al mismo tiempo que levanta los brazos "¡Ooohhh, si es una niña, que guapa que es!"

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

Como diría el cerdito Porky de los Looney Tunes, "No se vayan todavía, aún hay más"
Como ha he dicho más arriba este cuento era uno de mis favoritos que mi madre siempre me contaba de pequeña, y tanto me gustaba que de casada me compré el cuento con muñecos incluidos. Así que al día siguiente lo volví a contar, pero con nuevos niños/as para dar la oportunidad de participar a otros.
En esta ocasión lo voy narrando con Ricitos de Oro en la mano, y para que todos la puedan ver de cerca, mientras lo voy narrando, la voy mostrando entre las mesas, uno a uno, niño a niño. Absolutamente no hubo ningún niño o niña que se quedase sin verla de cerca.

Aquí está Ricitos de Oro con los tres osos.



 
Un bello primer plano de Ricitos de Oro.
Al pasar por las mesas, más de un niño al verla de cerca exclamaba con los ojos abiertos de admiración y sorpresa: "¡¡Ooohhhhh!!"




Este es papá Oso, muestra el enfado, con la mirada, porque Ricitos de Oro, ha "invadido" su casa.

Mamá Osa, también se enfada, y se cruza los brazos, como señal de malestar.

Se une a la escena el Osito Chiquitín

Observar a Papá Oso y Mamá Osa, como están enfadados, ambos con los brazos cruzados, y hasta Mamá Osa, está moviendo el pie y cierra los ojos.

El enfado va en aumento, y Papá Oso, frunce el ceño, mientras Mamá Osa, mira para otro lado también con cara de pocos amigos.

Ricitos de Oro, avergonzada mira atónita la escena, intentando huir de ahí.
Contrasta su tímidez con el enfado de Mamá Osa.

Y ahora si que sí....
Colorín, colorado, este cuento se ha acabado

Espero que os haya gustado tanto como a mí.

R E C U E R D A


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